Hacerse el muerto / Fare il morto

¿POR QUÉ ME GUSTA hacerme el muerto? ¿Se trata de una costumbre sádica, como lamentan los amigos o cónyuges más sensibles? ¿Por qué me fascina desde niño, y seguimos siendo niños, quedarme indefinidamente inmóvil, como una momia de mi propio futuro? ¿De dónde sale le agrio placer de asistir al cadáver que todavía no soy?
La explicación podría ser sencilla, y por tanto misteriosa.
Al ver el mundo mientras no miro nada, al seguir pensando sin proponerme pensar, al notar en mí, como poderosa certeza, la selva de las arterias y la montaña rusa de los nervios, no solo confirmo que sigo vivo, sino algo incluso más impresionante. Experimento la única, pequeña, posible forma de trascendencia. Sobrevivo a mí mismo. Me deshago de la muerte jugando.
Entra en casa mi hijo. Volveré a respirar. (Andrés Neuman, Hacerse el muerto, 2011)
PERCHÉ MI PIACE piace fare il morto? Si tratta di un’abitudine sadica, come deplorano gli amici o i coniugi più sensibili? Perché mi affascina fin da bambino, e continuiamo ad essere bambini, rimanere indefinitamente immobile come una mummia del mio stesso futuro? Da dove proviene l’aspro piacere di assistere il cadavere che ancora non sono?
La spiegazione potrebbe essere semplice e pertanto misteriosa.
Vedere il mondo mentre non sto guardando niente, pensare senza decidere di pensare, notare in me, con grande certezza, la giungla delle arterie e la montagna russa dei nervi, non solo mi conferma che continuo a vivere, ma anche qualcosa di più impressionante. Sperimento la unica, piccola, possibile forma di trascendenza. Sopravvivo a me stesso. Mi disfo della morte giocando.
Entra in casa mio figlio. Ritornerò a respirare.

Tradotto da Laura Ferruta
 

La felicidad / La felicità

Me llamo Marcos. Siempre he querido ser Cristóbal.
No me refiero a llamarme Cristóbal. Cristóbal es mi amigo; iba a decir el mejor, pero diré que el único. Gabriela es mi mujer. Ella me quiere mucho y se acuesta con Cristóbal.
Él es inteligente, seguro de sí mismo y un ágil bailarín. También monta a caballo. Domina la gramática latina. Cocina para las mujeres. Luego se las almuerza. Yo diría que Gabriela es su plato predilecto.
Algún desprevenido podrá pensar que mi mujer me traiciona: nada más lejos. Siempre he querido ser Cristóbal, pero no vivo cruzado de brazos. Ensayo no ser Marcos. Tomo clases de baile y repaso mis manuales de estudiante. Sé bien que mi mujer me adora. Y es tanta su adoración, tanta, que la pobre se acuesta con él, con el hombre que yo quisiera ser. Entre los fornidos pectorales de Cristóbal, mi Gabriela me aguarda ansiosa con los brazos abiertos.
A mí me colma de gozo semejante paciencia. Ojalá mi esmero esté a la altura de sus esperanzas y algún día, pronto, nos llegue el momento. Ese momento de amor inquebrantable que ella tanto ha preparado, engañando a Cristóbal, acostumbrándose a su cuerpo, a su carácter y sus gustos, para estar lo más cómoda y feliz posible cuando yo sea como él y lo dejemos solo. (Andrés Neuman, Mar de pirañas, 2012)
Mi chiamo Marcos. Ho sempre desiderato essere Cristóbal.
Non mi riferisco al fatto di chiamarmi Cristóbal. Cristóbal è mio amico; stavo per dire il migliore, ma dirò che è l’unico. Gabriela è mia moglie. Mi ama molto e va a letto con Cristóbal.
Lui è intelligente, sicuro di sé e un agile ballerino. Va anche a cavallo. Padroneggia la grammatica latina. Cucina per le donne. Poi se le pappa. Direi che Gabriela è il suo piatto preferito.
Qualche sprovveduto potrà pensare che mia moglie mi tradisca: niente di più lontano. Sempre ho desiderato essere Cristóbal, ma non vivo con le mani in mano. Cerco di non essere Marcos. Prendo lezioni di ballo e ripasso i miei libri di studente. So benissimo che mia moglie mi adora. Ed è così grande la sua adorazione che la poverina va a letto con lui, con l’uomo che io vorrei essere. Tra i robusti pettorali di Cristóbal, la mia Gabriela mi attende ansiosa con le braccia aperte.
Una simile pazienza mi colma di gioia. Se solo la mia sollecitudine fosse all’altezza delle sue aspettative e un qualche giorno, fra non molto, arrivasse il momento. Quel momento di amore indistruttibile che lei ha preparato con tanta cura, ingannando Cristóbal, abituandosi al suo corpo, al suo carattere e ai suoi gusti, per essere il più possibile a suo agio e felice quando io sarò diventato come lui e lo lasceremo solo.

Tradotto da Laura Ferruta
 

V

Trastienda de circo. Los animales aparecen por la derecha, se detienen al llegar al centro del escenario, recitan su papel y desaparecen seguidamente por la izquierda.

FOCA. (Sosteniendo sobre el morro su pelota de colores.) Yo soy la Foca, señores. Un carnívoro adaptado a la vida acuática. Me chiflan las sardinas, tengo los miembros transformados en aletas y, por esa razón, mis movimientos en tierra son lentos y torpes.
CAMELLO. Yo soy el camello Bactrianus, con un par de hermosas jorobas y el estómago dividido en cuatro compartimientos. Conozco, además, mis posibilidades: durante cinco días, puedo soportar marchas de ocho kilómetros por hora, con una carga de hasta doscientos kilos.
ELEFANTE. (Con cierta jactancia.) Yo soy el Elephas Indicus. Fíjense en mi tamaño. Tengo la nariz soldada al labio superior y prolongada en una larga trompa. En mi cuerpo anida el alma de un maharajá difunto.
CHIMPANCÉ. Pues yo soy el chimpancé. Tengo la mirada más risueña que la del gorila y los orificios en la nariz menos acusados. El color de mi cara puede ir desde el rosa amarillento hasta el negro.
HOMBRE. (Que se ha acercado silenciosamente, deslumbrado por la luz de las candilejas.) ¿Y yo? ¿Quién soy yo?

En el patio de butacas se elevan cien voces, dando cada una su respuesta. El HOMBRE, que en el griterío no puede escuchar algo concreto, se encoge de hombros y, con expresión resignada, hace mutis por la izquierda. (Javier Tomeo, Historias mínimas, 1988)

Quinte di circo. Gli animali compaiono sulla destra, si fermano al centro del palcoscenico, recitano la propria parte e poi scompaiono sulla sinistra.

FOCA. (Tenendo sul muso la sua palla colorata.) Io sono la Foca, signori. Un carnivoro adattatosi alla vita acquatica. Vado matta per le sardine, ho gli arti trasformati in pinne e per questo motivo i miei movimenti a terra sono lenti e maldestri.
CAMMELLO. Io sono il cammello Bactrianus, con un paio di belle gobbe e lo stomaco diviso in quattro scomparti. Conosco inoltre le mie capacità: per cinque giorni posso sostenere marce di otto chilometri all’ora, con un carico di fino a duecento chili.
ELEFANTE. (Con una certa arroganza.) Io sono l’Elephas Indicus. Notino le mie dimensioni. Ho il naso saldato al labbro superiore che si prolunga in una lunga proboscide. Nel mio corpo si annida l’anima di un maragià defunto.
SCIMPANZE’. Dunque, io sono lo scimpanzé. Ho la sguardo più allegro di quello del gorilla e gli orifizi del mio naso sono meno prominenti. Il colore della mia faccia può andare dal rosa-giallo fino al nero.
UOMO. (Che si è avvicinato silenziosamente, accecato dalle luci del proscenio.) E io? Chi sono io?

In platea dalle poltrone si alzano cento voci, ciascuna con la sua risposta. L’UOMO, che nello schiamazzo non riesce a sentire niente di concreto, dà un’alzata di spalle e con espressione rassegnata esce di scena sulla sinistra.

Tradotto da Laura Ferruta
 

XXI

Los dos esqueletos, con los huesos blanqueados por el sol, conversan sentados al socaire de la pared del cementerio.

ESQUELETO A. Oye.
ESQUELETO B. Dime.
ESQUELETO A. Lo peor que podemos hacer es desanimarnos.
ESQUELETO B. Sí, eso sería lo peor.
ESQUELETO A. Vendrán tiempos mejores, estoy seguro de eso.
ESQUELETO B. ¡Oh, desde luego! ¡ Vendrán tiempos mejores!
ESQUELETO A. Se trata de saber esperar.
ESQUELETO B. Sí, se trata de eso.
ESQUELETO A. Los árboles volverán a ser verdes.
ESQUELETO B. Eso es: verdes. Y cantarán otra vez los pájaros.
ESQUELETO A. ¡Ah, qué agradable será entonces vernos regresados a la carne!
ESQUELETO B. ¿Crees que regresaremos también a la carne?
ESQUELETO A. ¿Quién lo duda?
ESQUELETO B. (Nostálgico.) Eso sería estupendo.
ESQUELETO A. (Tras una breve pausa.) ¿Cómo te llamabas antes?
ESQUELETO B. Juanito.
ESQUELETO A. ¡Anda pues, Juanito! ¡Levanta el corazón!
ESQUELETO B. (Mirando a través de sus costillas.) ¿Qué corazón?
ESQUELETO A. (Reconsiderando la situación, con acento súbitamente desesperanzado.) La verdad es que hicimos mal muriéndonos.
ESQUELETO B. Sí, hicimos mal.
ESQUELETO A. Perdimos el corazón.
ESQUELETO B. Sí, lo perdimos.
ESQUELETO A. Eso fue, sin duda, lo peor.

Silencio. El Esqueleto B sopla a través de su propia tibia y brota una suave melodía, que ondula apenas la cabeza de las ortigas. Al conjuro de la música, las serpientes de hace cien años – apenas un rosario de menudas placas óseas – tratan inútilmente de erguirse como en los viejos tiempos de la ponzoña fulminante. (Javier Tomeo, Historias minimas, 1988)

I due scheletri, con le ossa sbiancate dal sole, conversano seduti al riparo del muro del cimitero.

SCHELETRO A. Ascolta.
SCHELETRO B. Dimmi.
SCHELETRO A. Il peggio che possiamo fare è scoraggiarci.
SCHELETRO B. Sì, questa sarebbe la cosa peggiore.
SCHELETRO A. Verranno tempi migliori, ne sono sicuro.
SCHELETRO B. Sicuramente! Verranno tempi migliori!
SCHELETRO A. Si tratta di sapere attendere.
SCHELETRO B. Sì, si tratta di questo.
SCHELETRO A. Gli alberi torneranno a essere verdi.
SCHELETRO B. Proprio così: verdi. E gli uccelli canteranno di nuovo.
SCHELETRO A. Ah, come sarà bello allora vederci tornati alla carne!
SCHELETRO B. Credi che torneremo alla carne?
SCHELETRO A. Chi può dubitarne?
SCHELETRO B. (Nostalgico) Sarebbe stupendo.
SCHELETRO A. (Dopo una breve pausa) Come ti chiamavi prima?
SCHELETRO B. Juanito.
SCHELETRO A. Coraggio, Juanito! In alto i cuori!
SCHELETRO B. (Guardandosi attraverso le costole) Quale cuore?
SCHELETRO A. (Riconsiderando la situazione, in tono improvvisamente sconfortato.) La verità è che abbiamo fatto male a morire.
SCHELETRO B. Sì, abbiamo fatto male.
SCHELETRO A. Abbiamo perduto il cuore.
SCHELETRO B. Sì, lo abbiamo perduto.
SCHELETRO A. Questa è stata la cosa peggiore.

Silenzio. Lo scheletro B soffia attraverso la sua tibia e ne fa uscire una melodia soave che fa appena ondeggiare la testa delle ortiche. Di fronte all’incantesimo della musica, i serpenti di cento anni fa – quasi una serie di piccole piastre ossee – tentano inutilmente di rizzarsi come ai vecchi tempi del fulminante veleno.

Tradotto da Laura Ferruta
 

XXIV

Aldea y páramo. Sol de ocaso. PADRE e HIJO están sentados en la linde del camino que conduce al cementerio. Sobre la tierra húmeda, los gusanos avanzan gracias a las contracciones de una capa muscular subcutánea.

HIJO. Padre.
PADRE. Dime.
HIJO. (Alargando el brazo y señalando el horizonte.) Mira aquel molino.
PADRE. ¿Dónde ves tú un molino?
HIJO. Allí.
PADRE. Aquello no es un molino, hijo.
HIJO. ¿Qué es, entonces?
PADRE. Un gigante.
HIJO. ¿Un gigante?
PADRE. No hay duda. Fíjate bien. Ahora está quieto, oteando el paisaje. Pero dentro de un momento se pondrá a caminar y a cada zancada avanzará una legua.
HIJO. (Tras un intervalo de silencio.) Padre.
PADRE. Dime.
HIJO. (Con voz compungida) Yo no veo que sea un gigante.
PADRE. Pues lo es.
HIJO. ¿Un gigante con puertas y ventanas? ¿Un gigante con tejas y aspas?
PADRE. Un gigante.
HIJO. (Tras una pausa.) Padre.
PADRE. Dime.
HIJO. Yo sólo veo un molino.
PADRE. ¿Cómo? ¿Un molino?
HIJO. Sí, un molino. El mismo de siempre.
PADRE. (Con voz grave.) Tomás.
HIJO. Qué.
PADRE. (Volviendo lentamente la cabeza y mirando en derechura a los ojos del hijo.) Me preocupas.

Silencio. PADRE e HIJO permanecen inmóviles sin cambiar ya más palabras. Llega por fin la noche y la luna se enciende. (Javier Tomeo, Historias mínimas, 1988)

Villaggio e brughiera. Sole al tramonto. PADRE e FIGLIO sono seduti sul muretto della strada che conduce al cimitero. Sulla terra umida i vermi avanzano grazie alle contrazioni di uno strato di muscoli sottocutanei.

FIGLIO. Padre.
PADRE. Dimmi.
FIGLIO. (Allungando il braccio e indicando l’orizzonte) Guarda quel mulino.
PADRE. Dove vedi un mulino?
FIGLIO. Là.
PADRE. Figlio, quello non è un mulino.
FIGLIO. E allora che cosa è?
PADRE. Un gigante.
FIGLIO. Un gigante?
PADRE. Non c’è dubbio. Guarda bene. Ora è tranquillo e sta scrutando il paesaggio. Ma fra un momento si metterà in cammino e ad ogni passo avanzerà di una lega.
FIGLIO. (Dopo una pausa di silenzio.) Padre.
PADRE. Dimmi.
FIGLIO. (Con voce mesta) Io non vedo un gigante.
PADRE. E invece è un gigante.
FIGLIO. Un gigante con porte e finestre? Un gigante con tegole e pale?
PADRE. Un gigante.
FIGLIO. (Dopo una pausa) Padre.
PADRE. Dimmi.
FIGLIO. Io vedo solo un mulino.
PADRE. Come? Un mulino?
FIGLIO. Sì, un mulino. Lo stesso di sempre.
PADRE. (Con voce grave.) Tomás.
FIGLIO. Cosa?
PADRE. (Girando lentamente la testa e guardando dritto negli occhi il figlio.) Mi preoccupi.

Silenzio. PADRE e FIGLIO rimangono immobili senza scambiarsi altre parole. Infine arriva la notte e la luna si accende.

Tradotto da Laura Ferruta
 

Perfeccionismo / Perfezionismo

La gabardina reposa sobre la cama. A su lado, los calcetines blancos. En el suelo, los zapatos, pulcramente abrillantados. No necesita más. Sentado junto a la ventana, espera que llegue la hora de vestirse y salir a escena. Las primeras veces ha sentido cierto nerviosismo y no ha quedado contento de su trabajo. Tampoco los espectadores: en algunas caras ha visto aparecer una risa inesperada (y, por ello mismo, cruel); otros, incluso han mostrado su disgusto con feos insultos, obligándole a dar por terminada su actuación. Pero Marcos sabe que puede mejorar. Debe hacerlo. Por su arte. Mientras se viste, experimenta la misma excitación que otras veces. Aunque en esta ocasión potenciada por el nuevo público que le espera. Sabe que está arriesgando mucho. Y eso le excita todavía más. Tras subirse hasta las rodillas los inmaculados calcetines blancos, coge un paño y da un último toque a los zapatos. Su cara se refleja risueña en el reluciente charol. Algo le dice que hoy sí triunfará. A punto de salir a escena, Marcos desabotona su gabardina y se prepara. Su pene luce esplendoroso. Hacía tiempo que no tenía una erección así. Buena señal. Entonces, abre la puerta de la habitación de sus padres esperando escuchar, por fin, los entusiasmados aplausos de su público. (David Roas, Horrores cotidianos, 2007)
L’impermeabile riposa sopra il letto. Accanto, i calzini bianchi. Per terra, le scarpe, lucidate in modo impeccabile. Non ha bisogno di altro. Seduto vicino alla finestra, attende che arrivi l’ora di vestirsi ed entrare in scena. Le prime volte ha sentito un certo nervosismo e non è rimasto contento del suo lavoro. Neanche gli spettatori: su alcuni visi ha visto apparire una risata inaspettata (e, per questo stesso motivo, crudele); altri hanno persino mostrato il loro disgusto con spiacevoli insulti, obbligandolo a dare per terminata la sua esibizione. Ma Marcos sa che può migliorare. Deve farlo. Per la sua arte. Mentre si veste, sperimenta la stessa eccitazione delle altre volte. Anche se in questa occasione potenziata dal nuovo pubblico che lo aspetta. Sa che sta rischiando molto. E questo lo eccita ancora di più. Dopo aver tirato su fino alle ginocchia gli immacolati calzini bianchi, prende un panno e dà un ultimo tocco alle scarpe. Il suo viso si riflette allegro sulla vernice rilucente. Qualcosa gli dice che oggi sicuramente trionferà. Al momento di entrare in scena Marcos si sbottona l’impermeabile e si prepara. Il suo pene si staglia magnifico. Era molto tempo che non aveva un’erezione così. Buon segno. A questo punto apre la porta della camera dei suoi genitori aspettando di sentire, finalmente, gli applausi entusiasti del suo pubblico.

Traduzione di Laura Ferruta
 

¡Córtame el nudo, Gordiano! / Tagliami il nodo, Gordiano!

Ismael Godínez, lúcido aún, nota cómo su cuerpo se mece como un estúpido pelele colgado del techo de la habitación, y se arrepiente de haber cedido a aquel maldito arrebato. Sus manos actúan de forma autónoma intentando detener la terrible opresión de su cuello, mientras sus pulmones luchan por tragar un poco más de aire. De pronto, un pequeño halo de luz se cuela bajo la puerta. Ismael sabe que puede llegar su salvación, pero no se atreve a moverse: ello aceleraría más su estrangulamiento. Para llamar la atención, lanza unos gemidos sofocados. Al otro lado de la puerta, sus padres escuchan en silencio, felices de saber que Ismael, por fin, ha traído a casa una amiguita. (David Roas, Intuiciones y delirios, 2012)
Ismael Godínez, ancora lucido, nota come il suo corpo dondoli come uno stupido fantoccio appeso al soffitto della stanza, e si pente di aver ceduto a quel maledetto impulso. Le sue mani si muovono autonomamente nel tentativo di fermare la pressione terribile sul suo collo, mentre i suoi polmoni lottano per inghiottire un poco più di aria. Improvvisamente un piccolo alone di luce filtra sotto la porta. Ismael sa che può arrivare la sua salvezza ma non osa muoversi: questo accelererebbe il suo strangolamento. Per richiamare l’attenzione, lancia dei gemiti soffocati. Dall’altro lato della porta, i suo genitori ascoltano in silenzio, felici di sapere che Ismael, finalmente, ha portato a casa un’amichetta.

Tradotto da Laura Ferruta
 

Celebración en familia / Celebrazione in famiglia

La fiesta estaba saliendo tan bien que no sabía cómo decirles que no me iba a suicidar. La felicidad se podía leer en los ojos de todos mis familiares, aun cuando eran conscientes de que ese día yo debía morir. Incluso había venido el primo Braulio, como perdonándome lo mal que se lo hice pasar cuando éramos niños. Fotografías, regalos (no para mí, claro, hubiera sido estúpido), abrazos, botellas de champán abriéndose sin cesar. No recuerdo un momento semejante junto a mi familia. Ni siquiera en Navidad. Lamentaba defraudarlos, pero aquel ambiente tan relajado, ver a todos juntos y pasándolo bien, me hizo cambiar de idea.
Al principio lo había tenido claro. Todavía resuenan en mis oídos las palabras del médico: enfermedad incurable, tres meses de vida, dolores insoportables… El suicidio me evitaría la angustia de la cuenta atrás y el sufrimiento físico. Mi familia lo entendió perfectamente. La idea de la fiesta fue de mi padre. Mi madre se encargó de preparar todos los detalles de mi entierro (El ataúd es precioso, hija mía, me dijo feliz).
No pude esperar a que acabara la fiesta para decírselo. No me parecía justo. Y como había supuesto, todos se enfadaron. Más aún, empezaron a insultarme (Siempre has sido una malcriada… Nunca acabas nada de lo que empiezas…). Y de los insultos (las muchas botellas de champán, imagino), pasaron a los golpes. El último me lo dio el primo Braulio, en cuyos ojos me pareció adivinar un leve destello de venganza.
Mamá tenía razón: el ataúd es precioso. Y muy cómodo. (David Roas, Distorsiones, 2010)
La festa stava andando così bene che non sapevo come dir loro che non mi sarei suicidata. La felicità la si poteva leggere negli occhi di tutti i miei familiari, anche se erano coscienti del fatto che quel giorno io dovevo morire. Era venuto persino il cugino Braulio, come a perdonarmi il male che gli avevo fatto passare quando eravamo bambini. Fotografie, regali (non per me, chiaramente, sarebbe stato stupido), abbracci, bottiglie di champagne che venivano aperte ininterrottamente. Non ricordo un momento simile insieme con la mia famiglia. Neppure a Natale. Mi spiaceva deluderli, ma quell’ambiente tanto rilassato, vedere tutti insieme che si divertivano, mi fece cambiare idea.
All’inizio avevo tutto chiaro. Mi risuonano ancora nelle orecchie le parole del medico: malattia incurabile, tre mesi di vita, dolori insopportabili… Il suicidio mi avrebbe evitato l’angoscia del conto alla rovescia e la sofferenza fisica. La mia famiglia lo capì perfettamente. L’idea della festa fu di mio padre. Mia madre s’incaricò di preparare tutti i dettagli della sepoltura (La bara è bellissima, figlia mia, mi disse felice).
Non potei aspettare che la festa finisse per dirglielo. Non mi pareva giusto. E come avevo immaginato, tutti si arrabbiarono. Inoltre iniziarono a insultarmi (Sei sempre stata una maleducata… Non finisci mai niente di quello che cominci…). E dagli insulti (le molte bottiglie di champagne, immagino) passarono alle botte. L’ultima me la diede il cugino Braulio negli occhi del quale mi parve d’intravvedere un lieve scintillio di vendetta.
Mamma aveva ragione: la bara è bellissima. E molto comoda.

Tradotto da Laura Ferruta
 

Literatura / Letteratura

El novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el mar y sin embargo iba a pintar los mares del sur, turbulentos y misteriosos; no había tratado en su vida más que a empleados sin prestigio romántico y a vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas; oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en esos instantes de albatros y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores.
La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente se le antojó el abordaje; la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío. Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural. (Julio Torri, Meditaciones críticas, 1964)
Il romanziere, in maniche di camicia, mise nella macchina da scrivere un foglio di carta, lo numerò, e si dispose a narrare un abbordaggio di pirati. Non conosceva il mare e tuttavia aveva intenzione di descrivere i mari del sud, turbolenti e misteriosi; nella sua vita non aveva trattato che con impiegati senza alcun prestigio romantico e con vicini pacifici e oscuri, ma ora doveva dire come sono i pirati; udiva gorgheggiare i cardellini di sua moglie, e in quegli istanti popolava di albatri e di grandi uccelli marini i cieli foschi e paurosi.
La lotta che sosteneva con editori rapaci e con un pubblico indifferente gli stimolò l’abbordaggio; la miseria che minacciava la sua casa gli suggerì il selvaggio mare. E quando descrisse le onde su cui galleggiavano cadaveri e alberi da vela rotti, il misero scrittore pensò alla sua vita senza trionfi, governata da forze sorde e fatali, e nonostante tutto affascinante, magica, soprannaturale.

Tradotto da Laura Ferruta
 

La humildad premiada / La umiltà premiata

En una universidad poco renombrada había un profesor pequeño de cuerpo, rubicundo, tartamudo, que como carecía por completo de ideas propias era muy estimado en sociedad y tenía ante sí brillante porvenir en la crítica literaria.
Lo que leía en los libros lo ofrecía a sus discípulos en la mañana siguiente. Tan inaudita facultad de repetir con exactitud constituía la desesperación de los más consumados constructores de máquinas parlantes.
Y así transcurrieron largos años hasta que un día, a fuerza de repetir ideas ajenas, nuestro profesor tuvo una propia, una pequeña idea propia reluciente y bella como un pececito rojo tras el irisado cristal de una pecera. (Julio Torri, De fusilamientos, 1940)
In un’università poco nota c’era un professore, piccolo di corpo, rubicondo e balbuziente, il quale poiché mancava completamente di idee proprie era molto stimato in società e aveva di fronte a sé un brillante futuro nella critica letteraria.
Ciò che leggeva nei libri lo offriva ai suoi discepoli la mattina seguente. Questa incredibile facoltà di ripetere con esattezza costituiva la disperazione dei più consumati costruttori di macchine parlanti.
E così trascorsero lunghi anni finché un giorno, a forza di ripetere idee altrui, il nostro professore ne ebbe una propria, una piccola idea rilucente e bella come un pesciolino rosso dietro il cristallo iridescente di un acquario.

Tradotto da Laura Ferruta